06/02/2009

06/02/2009 (Madrid) Los Duques de Calabria a la sede de la Conferencia Episcopal
 

La sede de la Conferencia Episcopal acogió ayer a más de 560 invitados. Obispos, políticos e internautas, atentos al Cardenal Bertone

En la Sala de la Plenaria, habitual escenario de las decisiones claves de los obispos españoles, no había hueco para los no confirmados. Más de sesenta prelados -incluyendo a todos los cardenales españoles no eméritos-, así como representantes de la vida política y social de nuestro país, buscaban su lugar para escuchar con puntualidad las palabras que el número dos del Vaticano sobre la defensa de los Derechos Humanos en el pontificado de Benedicto XVI. A los periodistas -mucho acento italiano- también les costó hacerse hueco, y eso que el aforo parecía al principio más que suficiente en torno a una pantalla ubicada en la sala de prensa a la que posteriormente acudieron los ponentes.

Incluso hubo que habilitar otra sala para dar cabida a las más de 500 personas que llenaban en la mañana de ayer la sede de la Conferencia Episcopal. Siguiendo la estela de Benedicto XVI, que se ha estrenado con su canal propio en Youtube--ya ha superado de lleno el millón de visitas virtuales-, fueron muchos los que siguieron la ponencia a través de la página web de la Conferencia Episcopal que se vistió de gala y recursos multimedia para la ocasión. Defensor de la libertad En representación del Gobierno acudió el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, que se cruzó en su camino con los Duques de Calabria, los infantes Carlos de Borbón y Ana de Francia. Compartieron bancada en la Casa de la Iglesia la más que nutrida representación de políticos del Partido Popular, entre otros, el vicepresidente del Congreso, Jorge Fernández Díaz, el eurodiputado Jaime Mayor Oreja y el presidente fundador de la formación, Manuel Fraga. Federico Trillo aprovechó los pasillos de la sede episcopal para intercambiar pareceres con Soraya Sáenz de Santamaría. La portavoz parlamentaria del Grupo Popular en el Congreso reconoció, al paso, estar «gratamente sorprendida por la defensa de las libertades hechas por el cardenal». Otros que repondieron a la invitación eclesial fueron el defensor del Pueblo, Enrique Múgica, el juez Baltasar Garzón, el ex presidente del Supremo, Francisco José Hernando, el ex presidente del Constitucional, Manuel Jiménez de Parga y el embajador Carlos Abella. También quisieron ser partícipes de la conferencia del estadista vaticano, los representantes de otras confesiones religiosas en nuestro país (anglicanos, judíos, mormones...). «Me quedo con el interés que ha puesto el cardenal en recordar que la fuente de los Derechos Humanos está en Occidente, y en concreto, el cristianismo», resumió para LA RAZÓN el arzobispo ortodozo griego, Policarpo Stavropoulus. El acto se cerró con el rezo del Ángelus, que dirigió el cardenal Rouco y que siguieron los allí presentes. Con semblante serio abandonó la madrileña calle Añastro el secretario general de FERE-CECA y EyG, Manuel de Castro, mientras el padre Ángel, presidente y fundador de Mensajeros de la Paz, conversaba con los prelados más rezagados en su salida antes de ir a la comida que ofreció como despedida el cardenal Bertone en la Nunciatura.



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