TRH DUKE AND DUCHES OF CALABRIA ATTENDED THE INSTALATION OF THE CARDINAL PRIMATE OF SPAIN TO THE SPAHISH ROYAL ACADEMY OF HISTORY
TRH Duke and Duchess of Calabria atended the installation of His Eminence the Most Reverend Antonio Cardinal Ca�izares Llovera, Archbishop of Toledo and Primate of Spain to the Spanish Royal Academy of History (Real Academia de la Historia, RAH).
His Eminence the Cardinal is Bailiff Grand Cross of Justice of the Constantinian Order and he was installed by the President, D.Gonzalo Anes e Alv�rez de Castrillon, P�rez del Pato e Fern�ndez de la Bandiera, Grand Cross of Justice the Constantinian Order.

The official communication of the Real Academia de la Historia
The Spanish daily ABC (http://www.abc.es) brings the following article on the occassion:
�Si sucumbe a fuerzas disgregadoras, Espa�a dejar� de ser Espa�a�
ANTONIO ASTORGA. MADRID
Como un �don� agradeci� ayer el Cardenal Arzobispo de Toledo y Primado de Espa�a, Antonio Ca�izares Llovera, su ingreso en la Real Academia de la Historia (RAH), donde ocupar� la vacante de Antonio Rumeu de Armas. En la mesa presidencial, Gonzalo Anes, director de la RAH, y los acad�micos Carlos Seco Serrano y Eloy Benito Ruano. En el estrado le arropaba una ampl�sima representaci�n eclesi�stica, comandada por el Nuncio de Su Santidad en Espa�a, Manuel Monteiro; y por el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Bl�zquez. Le acompa�aban el cardenal em�rito de Toledo, Francisco �lvarez; el Infante Don Carlos de Borb�n y su esposa, Ana de Borb�n y Orleans, y los Duques de Segorbe. En primera fila, el obispo auxiliar de Madrid, Juan Antonio Mart�nez Camino, los obispos auxiliares de Toledo y el obispo de Segovia. La pol�tica estuvo representada por el vicepresidente primero de la Junta de Castilla-La Mancha, Fernando Lamata; el alcalde de Toledo, Emiliano Garc�a-Page, ambos del PSOE; y la presidenta del PP en Castilla-La Mancha, Mar�a Dolores de Cospedal. El ex secretario de Estado Miguel �ngel Cort�s; y el conseller de Bienestar Social de la Generalitat Valenciana, Juan Cotino, le escuchaban.
Antonio Ca�izares ley� un discurso sobre el esplendor visig�tico como �momento clave para la edificaci�n de Espa�a y su futuro�. El purpurado rememor� el III Concilio de Toledo, que arranc� un 8 de mayo, en 589, y con �l �una trayectoria hist�rica de unidad que, a�n con sus dificultades y momentos cr�ticos en el tiempo, no ha visto interrumpida Espa�a hasta nuestros d�as�. Tras citar a Juli�n Mar�as -�La Espa�a �perdida� o destruida por los �rabes �se convierte en empresa�. Espa�a se ve como �perdida� y al mismo tiempo �buscada�-, Ca�izares consider� que �as� tambi�n se vive hoy en la conciencia de la mayor�a de nosotros, y as� lo afirm�, tan inteligente como vigorosamente, nuestro querido Rey Don Juan Carlos al apelar a todos a la unidad de Espa�a�.
Aquel Concilio de Toledo fund� y marc� �el esplendor visig�tico, olvidado por completo para muchos y borrado de los libros de Historia de la escuela -donde se deber�a ense�ar a ser lo que somos como pueblo-�. Para Ca�izares, �prescindir del legado en el que est� entra�ada la gran Tradici�n cristiana, perder esta memoria hist�rica, es exponernos a hacer una historia contra nosotros -contra el hombre mismo- o a que nos la hagan otros, o a que nos la impongan, en la ejecuci�n de �su proyecto�, quienes detenten el poder o est�n cercanos a �l�.
El Cardenal Arzobispo de Toledo -que advirti� que �relegar a Dios al �mbito de lo privado pone en peligro la supervivencia de Europa, de una sociedad democr�tica, de un Estado de derecho�- se pregunt� en voz alta: �Ser� cristiana la Espa�a del ma�ana? �Lo ser� -contest�- en cuanto se mantenga en sus ra�ces, en cuanto mantenga viva su memoria y su identidad. �Ser� Espa�a si deja de ser cristiana? Si deja de ser cristiana, si sucumbe a fuerzas disgregadoras, y olvida o, peor, suprime las ra�ces cristianas que le dan unidad e identidad -cosa posible como en otros lugares sucedi�-, Espa�a dejar� de ser Espa�a, dejar� sencillamente de ser�. Menos apocal�ptico, Ca�izares concluy� que �la herencia del �esplendor visig�tico� y el rostro que lo identifica, la memoria y la identidad de lo que all� nace -Espa�a-, se quiera o no son inseparables de la cristian�a que la han hecho posible. Esta es una verdad hist�rica que tal vez la cultura dominante del momento trata de relegar al olvido y fuerza a ignorarla, o superarla�. Y concluy� recordando las palabras dirigidas a Europa que Juan Pablo II esculpi� en Compostela: �Espa�a, �vuelve a encontrarte! S� t� misma. Descubre tus or�genes. Aviva tus ra�ces. Revive aquellos valores aut�nticos que hicieron gloriosa tu historia y ben�fica tu presencia en otros continentes. Reconstruye tu unidad espiritual, en un clima de pleno respeto a las otras religiones y a las genuinas libertades. Da al C�sar lo que es del C�sar y a Dios lo que es Dios�.